Wu Zetian

Wu Zetian
Emperatriz china; empezó de concubina y acabó de emperatriz. Casi como nuestra Leticia.

lunes, 4 de junio de 2012

Esperar...nos hace hoy en día machistas.

Ya me ha pasado demasiadas veces como para no exponer mis reparos sobre este extraño acontecimiento. La gota que colmó el vaso fue el controvertido reportaje de Tv3 sobre monarquía y república. El documental exponía argumentos y opiniones de ambas opciones políticas de manera supuestamente igualitaria. Lo empecé a ver pero tuve que dejarlo a la mitad. Después de 20 minutos de reportaje ni una sola mujer había expresado su opinión respecto al tema. No puedo creer que ellas no se posicionen en uno u otro bando o no tengan suficientes argumentos y experiencias para salir representadas en un reportaje como el anterior. Sin embargo ni una sola voz femenina era digna, según los o/y las realizadoras del mismo, de aparecer y exponer lo que creía. Llegado este punto no es tolerable. La controversia que creó el reportaje no mencionaba ni un momento la práctica inexistencia de voces de mujeres en el mismo. Es realmente revelador del momento en que nos encontramos. Izamos como estandarte la bandera de la igualdad y sin embargo no nos importa que ellas no opinen,que ellas no sean  escuchadas. Porqué cosas a decir...y en este tema sobretodo...tienen.

Y luego ya sólo falta coger el mando de la televisión y recorrerse los mil canales que la plataforma digital nos ha permitido visualizar (aunque en Valencia se haya retirado Tv3, que que podamos de iure no quiere decir que de facto sea así y que aquello que la tecnología nos permite no nos lo arrebaten disputas políticas absurdas) y ver cómo en casi todos los debates económicos, políticos o similares, en todas las mesas redondas en las que se enzarzan en discusiones que a veces, como espectadora, ya no eres capaz de entender porqué sólo intentan sobreponer sus voces a las de quien no está de acuerdo consigo, son quienes predominan sino monopolizan los trajes y las corbatas. Y las mujeres ejercen de presentadoras o de mediadoras o forman un porcentaje mínimo de participación en el mismo, destacando, como destaca la Merkel en las fotografías de la tan igualitaria Europa. En algunos debates sobre determinados temas asociados a conocimientos concretos en los que tradicionalmente ellas han sido aceptadas con más facilidad pueden llegar a porcentajes aceptables. Pero en general, tristemente, nosotras no estamos. A veces me pregunto si es que no somos suficientemente inteligentes para saber por qué se ha producido la crisis económica o si, debido a nuestra naturaleza emocional, cambiante y poco racional y nada preparada para mirar por un país y no por nuestros alegados y alegadas (que es lo que supuestamente hacemos las mujeres, aunque con la de enchufes y preferencias y compra y vendas de obras públicas y demás que tenemos en el nuestro no deben ser precisamente estos hombres caballerosos, racionales y justos que nos pintan los que nos gobiernan y gestionan) por lo que nunca estamos. Y me digo que no debe haber persona del sexo femenino alguna capaz de presentarse para representar a los y las españolas a nivel internacional. Y si almenos los varones que nos representaran o que se presentaran fueran intachables, pues lo comprendería. Francamente, un hombre que no entiende su propia letra y que no sabe defender el principal punto de su programa (creación de empleo) en un debate preparado sin leer no es un ejemplo que explique por qué no hay mujeres. La más mediocre de todas podría competir de igual a igual con él.

Así que sólo me queda una posibilidad: nuestra sociedad es machista, machista hasta la médula. De ese tipo de machismo integrado en el fondo del ser de tantísimas personas que ven normal que nosotras no hablemos de economía o no participemos igual que ellos en la política y en los debates políticos excusándolo con cualquier salvajada absurda que esconde el real y verdadero motivo discriminador.  O que no les molesta que ninguna voz femenina pueda opinar si lo que queremos es república o monarquía. Por qué, señoras y señores, si esta república nueva o esta prolongación monárquica tiene que seguir siendo machista e invisibilizando las mujeres, me importa un verdadero pepino quiénes sean los que ejerzan de cabeza ejecutiva del estado.

Pienso que deberíamos -deberían, podrían, podríamos, estaría bien, fuera bueno reflexionar...dios me guarde de creer que sé lo que deberíamos (deberían) hacer...diciendo "deberíamos" sólo sugiero, sugiero que (lo siguiente)- que deberíamos nombrar el mundo cómo es, y si aún tenemos que esperar 4 décadas para que ellas se anivelen en presencia y en igualdad a ellos...ahora somos una sociedad machista. Así que sí, deberíamos decirnos machistas. Pero si no quieren, señores y señoras, no lo hagan.   

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