Wu Zetian

Wu Zetian
Emperatriz china; empezó de concubina y acabó de emperatriz. Casi como nuestra Leticia.

lunes, 21 de mayo de 2012

Reflexiones sobre el clítoris que derrumban el frágil castillo de naipes patriarcal, machista, homófogo y falocéntrico.

El otro día lo leí en no sé dónde y me quedé sorprendida pensando que nunca había pensado en ello. Madurando la idea a lo largo de lo días he acabado considerando imprescindible una reflexión acerca del tema. Todo el mundo ha estudiado anatomía y ha tenido que aprenderse las partes de los cuerpos. A todo el mundo nos han dado aquella clase de sexología que era, en realidad, de reproducción. Sabemos que la mano sirve para unas ciertas cosas y que el pie se utiliza para otras, que con la nariz olemos y miramos con los ojos. Pero nadie nunca nos habló sobre el clítoris. El clítoris es el único órgano en el ser humano cuya exclusiva función es dar placer. Una curiosidad como cualquier otra, se dirán. Sin embargo, dándole vueltas, una se pregunta por qué nunca le dijeron que tenía en su cuerpo un órgano específicamente diseñado para sentir el placer denominado sexual. Un hecho que diferencia anatómicamente a los varones de las mujeres. Pocas veces un dos por uno sale menos a cuenta que uno por uno, pero la excepciones existen.

¿Qué supondría ser conscientes de este hecho?

Para empezar toda la normalidad del fingimiento del placer en las relaciones sexuales de las mujeres perdería sentido. ¿Cómo representa que sentir placer tiene que ser más difícil para ellas que para ellos si tenemos un órgano destinado exclusivamente a proporcionárnoslo?

En segundo lugar el falo perdería la importancia capital que ahora tiene. Tuve que explicarle, como tantas personas aún no saben y son adultas, a un niño de doce años, cómo tenían relaciones sexuales dos mujeres si no podían penetrarse o no había falo enmedio. De hecho, dicho órgano permite que sin penetración ellas puedan obtener el placer sexual y mientras escribo esto, y sin haberlo pensado demasiado pero con un iluminado de emergencia, empiezo a creer (años buscándolo con las más retorcidas formas vibratorias y de colorines me permiten preguntármelo), si eso del punto G en nuestro interior no es sólo un invento más, un invento que permita justificar por qué es necesaria la penetración para tener orgasmos, y así dar al falo esta importancia que ha acabado adquiriendo (y no sólo el falo, sino el falo como pene masculino). No estoy diciendo que una se quede indiferente cuando se produce la penetración, las cavidades vaginales son maravillosamente sensibles: estoy relativizando la importancia de dicha actividad en las relaciones sexuales que pretenden los orgasmos.

En tercer lugar se cuestiona, o simplemente se elimina por completo, la asociación entre sexo y reproducción o, dicho de otra manera, eso que nos han querido hacer creer de que el sexo está destinado a la procreación. Por ello, la homosexualidad deja de ser una anormalidad: si el sexo no está destinado a la procreación, ¿por qué tenemos que conceber como normal la heterodireccionalidad? El placer masculino suele provenir de la expulsión de semen, hecho que puede relacionarse con la reproducción, pero...¿y nosotras? nuestro placer no tiene que ver con nuestros óvulos u ovarios. Nuestro placer es libre, es infinito. ¿Se preguntan esto loas biologicistas, loas del foro de la familia, los obispos, cardenales y demás personalidades de la Iglesia? ¿Y cómo lo justifican? Parece que siempre nos vendieron la idea de que nosotras teníamos inherente en nuestro sino el sentimiento maternal -y demasiadas personas lo tienen muy asumido- y nadie nos informó que lo que seguro que tenemos en nosotras físicamente visible y totalmente irrefutable es la forma de obtener placenteras relaciones sexuales, individual o grupalmente, sin tener esto nada que ver o no estar nada relacionado con la reproducción, esta reproducción que supuestamente y de forma natural buscamos, ya que somos así de cariñosas, así de maternales.

Y comienzo a vislumbrar los motivos de la querida ignorancia respecto a dicho pequeño y olvidado órgano de los cuerpos femeninos. Destrozamos, sin querer, todos los argumentos que sustentan nuestro modelo actual, modelo familiar, de vida, de sexo y de relaciones. Se viene abajo el foro de la familia, se vienen abajo los preceptos eclesiásticos que asocian reproducción a sexo, los argumentos que sustentan la homofobia y los prejuicios asociados a la realización de sexo sin pretender tener críos, adquiriendo esta libertad que se nos ha negado des de siempre. Y encima atacando con sus propias armas, aquellas que hacen de los cuerpos condicionantes sociales.

Así que sí, señores y señoras, debemos reivindicar el clítoris. Debemos enseñar a nuestras niñas y a nuestros niños lo qué es y para lo qué sirve. Debemos enseñar que sexo es sexo, sin necesidad de falos, sin necesidad de bebés ni penetración. Sin necesidad de reproducción. Naturalmente, tanto que les gusta hablar de naturalidad, estamos diseñadas para el placer.

B ienvenidas y bienvenidos a un nuevo mundo donde el gozo, el delelte y la libertad reinan -sin corona y sin monarquía, que no nos confundamos, que soy republicana-

3 comentarios:

  1. ¡Clarito como agua de montaña!! Lástima que aún existan hombres y mujeres que piensen que la masturbación femenina sólo es un recurso cuando no hay varón de por medio. Y todavía hay quien piensa que los vibradores son juguetes perversos o para solitarias sin marido. ¡Qué triste!, cuando es el método más rápido y efectivo de conseguir un orgasmo. Toda mujer debería tener uno, independientemente de si tiene pareja o no.
    http://programademanolibre.blogspot.com.es/2012/04/la-banera.html

    http://programademanolibre.blogspot.com.es/2011/06/la-caja.html

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  2. Exacto...como si la masturbación fuera un sucedanio...aúpa los vibradores!! Son maravillosos!

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